quarta-feira, 10 de agosto de 2016

David Ben Gurión

David Ben Gurión

(David Gruen; Plonsk, Polonia, 1886 - Tel Aviv, 1973) Político sionista, creador del Estado de Israel. Imbuido del ideal de dotar a los judíos de un Estado propio, emigró muy joven a Palestina (1906). En 1908 comenzó a formar una organización armada de defensa de los colonos judíos frente a los ataques de la población árabe (Hashomer). En 1910 entró en política afiliándose al Partido de los Trabajadores de Sión; fue entonces cuando adoptó el nombre hebreo de Ben-Gurión. Al estallar la Primera Guerra Mundial fue expulsado por el Gobierno turco -que dominaba entonces Palestina- por las sospechas que despertaban las actividades delHashomer (1915). Se alistó en la Legión Judía para luchar de parte de los Aliados, pero cuando llegó a Palestina los turcos ya habían sido derrotados (1918).

David Ben Gurión
Desde que Palestina pasara a ser un mandato británico (1919), Ben-Gurión se centró en la reconstrucción del país y en el encuadramiento de los inmigrantes judíos que iban llegando. En 1920 participó en la fundación del Histadrut(Confederación del Trabajo), la primera gran organización política israelí, de tendencia socialista. Como secretario general de aquella confederación sindical, consiguió agrupar a su alrededor a la mayor parte de las organizaciones judías de Palestina, formando en 1930 el Mapei (Partido Unido de los Trabajadores).
Su liderazgo indiscutible le llevó en 1933 a presidir la Agencia Judía, que actuaba como gobierno informal de los judíos de Palestina. Desde ese puesto se enfrentó a los sionistas moderados (encabezados por Chaim Weizmann), que estaban dispuestos a admitir las pretensiones árabes y británicas de que se detuviera la afluencia de inmigrantes judíos; y al mismo tiempo dirigió la resistencia contra los ataques de los árabes (1936-1937). Igualmente tuvo que enfrentarse a la política del «Libro Blanco» británico sobre Palestina, que interrumpía la inmigración judía como paso previo para la independencia de un Estado árabe; en respuesta, la Agencia organizó la inmigración clandestina de judíos (1939-1947).

Al acabar la Segunda Guerra Mundial en 1945, la Agencia se mostró abiertamente partidaria de dividir Palestina en un territorio árabe y otro judío sobre el que edificar un Estado propio, política admitida por las Naciones Unidas en 1947. El rechazo de los árabes al plan de partición hizo estallar la primera guerra árabe-israelí tan pronto como las autoridades coloniales británicas abandonaron Palestina (1948).
Ben-Gurión, convertido ya en primer ministro y ministro de Defensa del gobierno provisional, proclamó la creación del Estado de Israel y dirigió la llamada «Guerra de Independencia» (1948-1949), en la que el nuevo Estado se impuso a los palestinos y a los cinco países árabes que los apoyaban, extendiendo incluso el territorio que le había concedido la ONU. Para ello hubo de unificar sobre la marcha a los grupos armados judíos formando un ejército regular, al tiempo que hacía frente a la disidencia armada del grupo derechista Irgun.
Vencedor en las elecciones de 1949, 1951, 1955, 1957 y 1961, Ben-Gurión fue primer ministro de 1948 a 1963, con una breve interrupción en 1953-1955 para dar ejemplo a la juventud israelí trabajando como colono en un kibbutz del Negev. Volvió a dirigir una segunda guerra victoriosa contra los árabes a raíz de la nacionalización del canal de Suez por el Egipto de Nasser (1957). Su insistencia en esclarecer un caso de terrorismo de Estado ocurrido durante su ausencia del gobierno le enfrentó con la «vieja guardia» del Mapei, del que finalmente se escindió en 1965 formando el partido Rafi (con Moshé Dayán y Shimon Peres).

LIVRO: O INSTITUTO DIVINO DA PENA DE MORTE

Você pode comprar este livro em e-book ou impresso em várias livrarias virtuais entre elas:
amazon.com.br  e   clubedeauores.com

Cover_front_perspective
Número de páginas: 143

Edição: 1(2016)

ISBN: 1537005499

Formato: A5 148x210

Acabamento: Brochura c/ orelha

Tipo de papel: Offset 75g















A pena de morte não é um ato de maldade, mas de bondade. Bondade porque restaura a justiça, equilibrando a balança e vingando a morte do inocente. Quando alguém é assassinado, Deus instituiu o Estado como vingador o inocente. Um vingador não pode ter o braço mole... A pena de morte é um ato de bondade, porque ao se executar um criminoso, ela salva a vida de pelo menos outros cem criminosos que sofrem o efeito pedagógico da pena de morte, pois o receio de ter o mesmo fim faz com que um grande número de pessoas com impulsos criminosos refreie seus instintos selvagens. Por fim, a pena de morte é um ato de bondade porque com a consciência que nos próximos dias o delinquente será executado, ele pode refletir, se arrepender e descansar da sua luta inglória contra seus instintos indomáveis. Como diz o apostolo Paulo: “o morrer é ganho.” Ora, quem não consegue viver sob as regras sociais a morte é um alívio.